Por mucho que seas un gran amante del color rojo, es posible que si pintas tu habitación de este color tan apasionado acaben cambiándolo más pronto que tarde pues, no es adecuando para este tipo de estancias en el hogar. En este caso, te lo recomendamos para salas de entrenamiento o salas dinámicas.
Visto este ejemplo, está claro que elegir el color de tus habitaciones no es nada fácil y es importante conocer el efecto que cada uno va a provocar en tu casa.
- Azules: calma, frescura, serenidad y facilmente combinable con el color blanco para no dar sensación de frialdad. Para evitarlo será fundamental el tipo de iluminación que utilices.
- Naranjas: calidez e intimidad. Si tu estancia tiene luz artificial este color pueda darle la calidez que le falta.
- Violetas: los tonos más pálidos pueden encajar muy bien con habitaciones personales porque transmiten frescura y naturalidad pero, si los tonos tienden a morados más oscuros hay que tener mucho cuidado porque oscurecerán mucho la estancia y si esta no es grande será un error, solucionable si se combina con blanco o verde.
- Amarillo: Optimismo, vitalidad y energía. Da toda la luz a un día nublado. Ideal para habitaciones.
Fuente: 20 Minutos