Tras ver cientos de miles de casas a través de Internet una conocida página de decoración se ha dado cuenta de que puede reconocer la nacionalidad de una persona según la decoración. Por ello, al parecer cada nacionalidad tiene una clave que le identifica. Así, podemos diferenciar una casa sueca, una francesa o una británica. ¿Dónde está la diferencia?
Norteamérica y el orden. Los colores neutros y el orden reinan en las casa norteamericanas, que buscan la limpieza y la simetría. La armonía en las estancias y el toque clásico con líneas sencillas son la apuesta segura.
Francia y su toque decadente. Las casas francesas fusionan molduras decimonónicas, estampados y muebles con aspecto usado, cuanto más, mayor elegancia y personalidad.
Reino Unido y los estampados. Superada la tendencia de enmoquetar toda la casa, las casas inglesas se diferencian por el empapelado de sus paredes, sus escenas de caza en las paredes, sus antigüedades y su pasión por el diseño. Desde las butacas de cuero hasta los cuadros de caballos o perros.
El minimalismo de los países nórdicos. Al contrario de lo que podamos pensar, las casas nórdicas tiene mucha más calidez de la que nos vende IKEA. Los suelos suelen ser de madera en tonos roble o cerezo, las pieles y las grandes ventanas para aprovechar al máximo la luz natural así como el color blanco, son su sello personal.
Sudamérica y el color. Colores fuertes y brillantes, diseños modernos y materiales naturales son los protagonistas del exotismo de la naturaleza de las viviendas sudamericanas. Su toque nos recuerda a una prolongación de la naturaleza en la que viven.
España miscelánea. Los muebles castellanos, casi desaparecidos identifican y combinan a la perfección en nuestros hogares. Las maderas nobles, las cortinas con tonos lisos o los sofás amplios y cómodos caracterizan nuestros hogares. Por no hablar de los mármoles, las lámparas de araña, molduras clásicas o la cerámica y la loza.
¡Dime cómo decoras y te diré de dónde eres!
Fuente: Decoesfera