Si te has decidido a dar el paso de comprar una vivienda, hay algunas consideraciones de las que deberás estar al día para elegir de la forma más conveniente posible tu nuevo hogar.
Es fundamental, que si optas por una vivienda usada, te asegures del estado de la estructura, aislamiento, desgaste del edificio y los materiales utilizados.
Debes saber que, si la vivienda tiene pequeños defectos, podrán solucionarse de forma sencilla. En cambio, si tiene defectos importantes en la estructura o existe riesgo de desprendimiento, tendrás que asumir una gran inversión tras la compra de la casa.
Antiguamente, los materiales y sistemas utilizados no eran tan avanzados como ahora. Las viviendas actuales tienen en cuenta factores como la durabilidad y la eficiencia energética.
El resultado son viviendas mejor aisladas y resistentes, que además permiten reducir costes en calefacción y refrigeración.
Las viviendas de obra nueva, aunque pueden tener un precio superior en e primer momento, acabarán siendo una gran inversión a medio y largo plazo, que te permitirán ahorrar en consumo y gastos en obras de rehabilitación y reformas para asegurar el buen estado de la misma.
Por otro lado, y en caso de que decidieras alquilarla o venderla pasado un tiempo, la vivienda de obra nueva te proporcionará mayor rentabilidad.
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