Cuando el paso del tiempo hace mella en el hogar, los materiales de construcción van quedando anticuados y dejan de cumplir su principal cometido, ha llegado el momento en el que ¡debes plantearte una reforma!
Cambiar las ventanas es una de las reformas más comunes, ya que son un elemento aislante, de ventilación, de contacto con el exterior o de entrada de luz, que resulta indispensable tener en buenas condiciones ya que afectará, en definitiva, a la factura del consumo de luz.
Puedes encontrar diferentes funcionalidades según tus necesidades: corredera, abatible, de guillotina, basculante, oscilo-batiente, oscilo-paralela y fija.
Las ventanas, junto a los revestimientos exteriores, los cierres, los muros de carga o las vigas, pertenecen al grupo de elementos comunes de vivienda, que no podrán ser sustituidos, variados o modificados por la voluntad del propietario, sino que se necesitará la autorización de forma unánime de la Comunidad de Vecinos.
Para poder realizar esta clase de reformas, primero debes conseguir la aprobación de la administración, para lo que será necesario preparar ciertos documentos:
1. Autorización de los vecinos propietarios
La autorización de los vecinos propietarios resulta indispensable al realizar el cambio de ventanas, en el caso de que uno de los vecinos se postule en contra, no podrá llevarse a cabo, será necesaria la aprobación de todos ellos.
2. Licencia de obra mayor
La licencia de obra mayor deberás solicitarla en el ayuntamiento de tu localidad, indicando la necesidad del cambio de ventanas. Se deben adjuntar varios documentos: la autorización anteriormente mencionada, un impreso oficial con la imagen de la fachada, un esquema de cerramiento y el presupuesto. Así como el justificante del pago de los impuestos de obras e instalaciones.
Hay varias razones por las que podréis recibir la negativa de la administración, por un lado, si el nuevo aspecto de la fachada no casa con el resto, por otro, si se trata de un edificio antiguo con valor patrimonial, monumental o histórico.
Aunque, si la obra está dirigida a mejorar la eficiencia del piso sin modificar el aspecto exterior ¡el sí está prácticamente asegurado!
Imagen: Pixabay