Sostenible, eficiencia energética, confort, calidad de vida o aislamiento térmico. Estos son algunos de los términos que se relacionan de forma más directa con el concepto Passivhaus, un estándar de calidad internacional que se está extendiendo en el ámbito de la construcción. Su objetivo es transmitir dos grandes garantías: un compromiso firme con el medio ambiente y una aspiración inequívoca por la excelencia. Pero, ¿sabemos exactamente lo que implica Passivhaus? En las próximas líneas aclaramos algunas ideas básicas:
¿Qué implica el sello Passivhaus?
Las construcciones que aspiran a contar con la certificación Passivhous deben contar, principalmente, con las siguientes características generales: un gran aislamiento térmico, un estricto control de infiltraciones, una máxima calidad del aire interior, un importante aprovechamiento de la energía solar para mejorar la climatización y una reducción del consumo energético del 70% inferior en la comparativa con las construcciones convencionales. En definitiva, aspiran a la eficiencia energética, minimizando la huella ecológica del hogar.
Para ello, como norma general, se debe cumplir con cinco grandes principios:
- Aislamiento térmico. Las paredes exteriores, la cubierta y la solera deben tener una baja transmitancia térmica.
- Ventanas, puertas y carpintería general con altas prestaciones térmicas que impidan la pérdida de calor y aseguren el ya mentado aislamiento.
- Ausencia de puentes térmicos. Son puntos de pérdida de energía derivados de la concurrencia en determinados puntos de la estructura de diferentes materiales o de distintos planos. La construcción debe eliminar estos puntos, lo cual garantiza además que no aparecerán en condensaciones o mohos superficiales.
- Ventilación mecánica y recuperación de calor. Este requisito garantiza la calidad del aire del interior de un hogar con el certificado Passivhaus. Impiden las infiltraciones de aire no deseadas. El sistema elimina elementos tóxicos para el ser humano, reduciendo la cantidad de CO2 y erradicando otros gases peligrosos como el radón.
- Estanquidad del aire. Evita corrientes de aire innecesarias y garantiza una ventilación mecánica más eficiente. Se previenen así problemas de humedad, se optimiza el aislamiento acústico y se crea un ambiente saludable.
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