Con un mercado inmobiliario en constante tira y afloja, la idea de modificar la naturaleza de un local no resulta descabellada ni ajena a los propietarios de espacios que carecen de uso.
Bien sea por darle una segunda vida o por aprovechar el tirón de la creciente demanda de vivienda en la comunidad, especialmente en las grandes ciudades, lo cierto es que realizar dicha conversión residencial es posible, pero con matices.
El inicio no es lo más complicado
En primer lugar, debemos consultar el Plan Urbanístico del municipio en cuestión para cercionarnos de que el bajo se erija sobre terreno urbanizable, aunque la casuística se cumplirá en el mayor porcentaje de los casos debido a su ubicación en entornos plagados de otras construcciones. A continuación, se hará preciso verificar que en la zona no se haya superado ya el límite de viviendas por hectárea.
A nivel burocrático, deberá solicitarse una licencia de cambio de uso al Ayuntamiento y contar con un proyecto técnico que garantice el cumplimiento de la normativa de habitabilidad enunciada por la Xunta de Galicia.
Condicionantes, el hándicap
Además del permiso de la comunidad de vecinos, la nueva vivienda cumplirá determinados requisitos de iluminación, ventilación y espacio. En este sentido, la superficie mínima será de 40 metros cuadrados, con una altura total no inferior a 2,5 metros. Igualmente, deberán contarse al menos 1,8 metros entre la vía pública y el inicio de las ventanas y, por supuesto, existir una salida de humos.
Una vez culminada la reforma, la inspección municipal será la encargada de otorgar la licencia de primera ocupación de forma previa al acta notarial de cambio de uso.
Especialistas en reformas
En Cando no solamente somos profesionales de la nueva construcción, sino también de la reforma y rehabilitación de edificaciones. Sin cejar en nuestro empeño, te acompañamos a lo largo de todo el proceso, tendiéndote la mano hasta la finalización completa de la obra.